La salud de la Tigresa Acuña está en grave preocupación tras la conmovedora muerte de su eterna rival, Alejandra “Locomotora” Oliveras. La exboxeadora, visiblemente afectada, rompió en llanto en una transmisión en vivo, revelando el profundo impacto que la noticia tuvo en su vida. “Te podés morir en un rato o te morís en un sueño”, dijo Acuña, reflejando el temor que siente tras la pérdida de Oliveras, quien falleció a los 47 años tras un ACV.
La muerte de Locomotora, que se fue en un sueño como había anticipado en entrevistas, ha dejado a Acuña sumida en la angustia. Fuentes cercanas han revelado que la Tigresa está considerando someterse a estudios médicos debido a intensos dolores de cabeza y alteraciones en el sueño, síntomas que ha minimizado durante años, pero que ahora parecen más alarmantes tras la tragedia. “Ella se fue como decía que se iba a ir. Eso me dejó helada”, confiesa Acuña, quien siente que lo que le ocurrió a su rival podría ser un reflejo de su propio destino.
El ambiente del boxeo es testigo de un oscuro secreto: cada combate deja secuelas invisibles que pueden manifestarse de manera devastadora. La Tigresa, quien ha luchado durante décadas, ahora se enfrenta a la dura realidad de que el daño acumulado podría cobrarle factura. “La vida es esto, disfrutar el momento día a día”, reflexionó Acuña, mientras la comunidad deportiva llora la pérdida de una figura icónica.
A medida que miles rinden homenaje a Oliveras, la Tigresa se encuentra sola en un ring vacío, cuestionándose su propio futuro. La muerte de su rival no solo marca el final de una era, sino que también despierta un miedo palpable en el corazón de Acuña. ¿Hasta dónde llegan las consecuencias de una vida de golpes? Las respuestas son inciertas, pero el miedo es real, y la Tigresa, detrás de su fortaleza, también siente el temblor de la vulnerabilidad.