Rusia ha desatado el pánico en la OTAN tras el avance militar en Pokrovsk, donde las fuerzas rusas se acercan a menos de 15 kilómetros de la estratégica ciudad, crucial para el control total de Donés. La situación es crítica y la presión sobre Ucrania aumenta, mientras el presidente Vladimir Putin ha dejado claro que no se reunirá con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, a menos que se cumplan ciertas condiciones. Esta declaración ha intensificado las tensiones, ya que la comunidad internacional observa con preocupación el desenlace de este conflicto.
En medio de este clima de incertidumbre, Donald Trump ha lanzado un ultimátum a Putin: solo se reunirá con él si este también se encuentra con Zelenski. Esta estrategia, revelada por fuentes de la Casa Blanca, busca presionar a Moscú para que cambie su postura sobre el conflicto. La falta de un lugar y fecha confirmada para la reunión entre Trump y Putin añade más tensión a la situación.
Mientras tanto, Europa se muestra escéptica ante las intenciones de Rusia y ha intensificado sus diálogos con Zelenski, insistiendo en que la paz debe incluir a todos los actores relevantes del continente. Macron y otros líderes europeos han expresado su preocupación por las acciones rusas y la necesidad de una respuesta unificada.
Además, se ha filtrado una propuesta secreta del equipo de Trump a Moscú que incluye un alto el fuego, reconocimiento de las ganancias territoriales rusas y la eliminación de sanciones, aunque sin compromisos sobre la expansión de la OTAN. Esta revelación ha generado un nuevo nivel de inquietud en Europa, que teme que cualquier acuerdo unilateral pueda debilitar su posición en el conflicto.
La situación en Pokrovsk y las inminentes reuniones diplomáticas están en el centro de la atención mundial. La comunidad internacional aguarda con ansiedad los próximos movimientos de Putin y Trump, mientras la estabilidad de Europa pende de un hilo.