La música y el cine mexicano han perdido a una de sus más grandes leyendas. En un giro desgarrador, la noticia del fallecimiento de Enriqueta “Queta” Jiménez, conocida como “La Prieta Linda”, ha sacudido el corazón de millones. La icónica cantante y actriz, hermana de la famosa Flor Silvestre, dejó este mundo el 21 de septiembre de 2021, a la edad de 99 años, en su hogar en la Ciudad de México, dejando un legado imborrable en la cultura mexicana.
Queta Jiménez, cuyo talento deslumbró en la época de oro del entretenimiento mexicano, no solo fue una voz poderosa, sino también una figura clave en la vida del legendario Juan Gabriel. Su conexión con el “Divo de Juárez” fue profunda, marcada por un pacto de lealtad y apoyo inquebrantable. Fue ella quien, en un acto heroico, logró sacar a Juan Gabriel de la prisión de Lecumberri, un gesto que selló una amistad que perduró por décadas.
La vida de Queta estuvo llena de triunfos, pero también de desamores y desafíos. Desde su debut a los 14 años hasta su consolidación como una de las grandes voces del mariachi, su carrera fue un viaje de pasión y perseverancia. A pesar de su éxito, siempre mantuvo un fuerte vínculo con su familia, educando a sus hijas en un hogar lleno de amor y música.
Su partida, casi un año después del fallecimiento de su hermana Flor Silvestre, ha dejado un vacío profundo en el mundo del entretenimiento. Sin embargo, su legado musical y su influencia en la cultura mexicana perduran. Las hijas de Queta han asegurado que no habrá disputas por su herencia, reafirmando la unidad familiar que siempre promovió su madre.
La Prieta Linda no solo fue una artista; fue un símbolo de amor, amistad y dedicación. Su historia es un recordatorio de la riqueza cultural de México y de la huella que dejó en cada corazón que la escuchó.