**Emanuel, a los 70 años, revela los seis artistas que más odia: un grito de verdad tras décadas de silencio.**

En un giro inesperado que ha sacudido el mundo de la música, Emanuel, el icónico cantante mexicano, ha decidido romper su silencio y nombrar a los seis artistas que, a lo largo de su carrera, le han dejado cicatrices profundas. A sus 70 años, el artista ha abierto el baúl de la verdad, revelando tensiones ocultas y decepciones que se han gestado tras el telón de la fama.

Durante más de cinco décadas, Emanuel ha sido sinónimo de baladas románticas, pero ahora, con una voz que aún resuena con fuerza, ha decidido hablar. En un relato íntimo y desgarrador, menciona a figuras como Mijares, Yuri y Ricardo Montaner, quienes, a pesar de compartir escenarios y éxitos, han desencadenado en él sentimientos de traición y desilusión. La tensión acumulada entre el arte sincero y el espectáculo superficial ha llevado a Emanuel a una reflexión profunda sobre la esencia de la música.

El primero en la lista es Mijares, quien, a pesar de su cercanía, se ha convertido en un símbolo de lo que Emanuel considera una pérdida de autenticidad. La relación, que comenzó en la humildad, se ha visto marcada por diferencias creativas que han dejado una huella imborrable. Pero no solo Mijares ha sido objeto de sus críticas; la transformación de Yuri de artista a marca comercial y la búsqueda de Montaner de un espectáculo que trasciende la música han sido igualmente dolorosas para él.

Emanuel no lanza acusaciones vacías; su manifiesto es un llamado a la dignidad en el arte, una defensa del respeto y la coherencia que ha guiado su carrera. En un mundo donde la música a menudo se convierte en un producto, él se niega a ser parte de ese juego. Con una claridad impresionante, Emanuel ha decidido que es hora de que el público sepa lo que realmente se esconde detrás de las luces y los aplausos.

Este es solo el comienzo de una revelación que promete cambiar la percepción de muchos sobre estos íconos de la música. La verdad de Emanuel está aquí, y es un recordatorio de que, a veces, el amor por el arte puede verse ensombrecido por las sombras de la fama.