Sergio Goiri, el icónico actor mexicano, ha admitido finalmente lo que muchos sospechaban sobre su controversial relación con Yalitza Aparicio, la estrella de “Roma”. En un video que ha dejado a todos boquiabiertos, Goiri se disculpa por sus comentarios despectivos y revela una reflexión profunda sobre sus prejuicios raciales y clasistas, que han sacudido la industria del entretenimiento en México.
La tormenta comenzó en 2019, cuando un video filtrado mostró al actor cuestionando las habilidades de Aparicio de manera ofensiva, desatando una ola de críticas en redes sociales. La reacción fue inmediata: artistas, activistas y el público en general condenaron sus palabras, evidenciando un problema más amplio de racismo y discriminación en la cultura mexicana. Goiri, quien había disfrutado de décadas de éxito en la televisión, se vio obligado a enfrentar las consecuencias de sus acciones.
En su nuevo video, el actor, visiblemente afectado, reconoce que sus comentarios fueron inapropiados y dañinos. “No supe expresar mi opinión de manera correcta”, admite, mientras intenta reconstruir su imagen pública y profesional. Sin embargo, el daño ya estaba hecho; Televisa, su hogar durante años, comenzó a distanciarse de él, cancelando proyectos y evitando su participación en nuevas producciones.
La controversia ha abierto un debate crucial sobre la representación y la inclusión en el cine mexicano, poniendo de relieve las actitudes discriminatorias que persisten en la sociedad. Goiri, a sus 66 años, se encuentra en una encrucijada: lidiar con el rechazo de la industria que lo consagró y reflexionar sobre su legado en un contexto cultural que evoluciona rápidamente.
Esta revelación no solo impacta a Goiri, sino que también invita a una reflexión colectiva sobre cómo las figuras públicas deben asumir la responsabilidad de sus palabras y acciones en un mundo cada vez más consciente de la diversidad y la inclusión. La historia de Sergio Goiri y Yalitza Aparicio continúa resonando en el corazón de México, recordándonos que el cambio es posible, pero requiere valentía y honestidad.