Los pilotos de Fórmula 1 han alzado la voz contra la FIA tras el desastroso Gran Premio de Mónaco 2024, un evento que ha sido calificado como uno de los más aburridos de la historia. Con solo cinco adelantamientos en 78 vueltas, la carrera ha dejado a los fans y a los propios competidores pidiendo cambios urgentes. La estrechez de las calles monegascas, combinada con el aumento del tamaño de los coches, ha hecho que el espectáculo se convierta en un desfile monótono, donde los pilotos se ven obligados a gestionar sus neumáticos sin posibilidades de ataque.
Max Verstappen, quien no pudo contener su frustración, llegó a afirmar que debería haber llevado una almohada al cockpit. La situación se tornó aún más crítica tras un accidente en la primera vuelta que dejó a Red Bull con una factura de 3 millones de dólares. El caos inicial, que incluyó un banderazo rojo y un pit stop gratuito, eliminó cualquier estrategia que pudiera haber añadido emoción a la carrera.
Los expertos advierten que Mónaco podría estar en peligro de ser eliminado del calendario de F1, a medida que otros circuitos ganan popularidad. George Russell y Lewis Hamilton también expresaron su descontento, sugiriendo que la introducción de paradas obligatorias podría revitalizar la carrera. “Estamos conduciendo a medio acelerador, eso no es realmente competir”, lamentó Verstappen.
Con el Gran Premio de Madrid programado para 2026, la presión sobre Mónaco es más intensa que nunca. La pregunta que ahora ronda en el paddock es clara: ¿debería Mónaco adaptarse a la nueva era de la F1 o ser eliminado del calendario? La FIA enfrenta un desafío monumental para recuperar la esencia de una carrera que, a pesar de su prestigio, se ha vuelto irrelevante en la actual dinámica de la Fórmula 1. La historia y el glamour de Mónaco están en juego, y los pilotos no están dispuestos a quedarse callados.