Casi seis horas duró la batalla entre el serbio y el español. Un tiempo que batió records y dejó a todo el mundo prendido a la pantalla.
La rivalidad entre Rafael Nadal y Novak Djokovic es una de las más grandes, históricas e importantes del mundo del tenis. Han brindado decenas de partidos que cautivaron la atención de todos los fanáticos y hasta de aquellos que nunca han empuñado una raqueta y no son apasionados del deporte. Pero, a lo largo de sus 60 enfrentamientos, hay un duelo en particular que se lleva todas las miradas.
La Fiera y Nole se han cruzado en todos los torneos que uno se pueda imaginar, en Grand Slams, Masters 1000, ATP 500, Juegos Olímpicos, Copa Davis, por lo que se hace difícil tener que elegir un solo partido. Sin embargo, Novak Djokovic tiene en claro que el partido más complicado que le tocó afrontar contra Rafael Nadal, en todos los sentidos, fue en el Australian Open 2012 donde se quedó con el triunfo y, por ende, el título con un marcador de 5-7, 6-4, 6-2, 6-7(5) y 7-5.
Fuente: (Australian Open TV)
Una batalla que duró 5 horas y 53 minutos en el Rod Laver Stadium de Melbourne Park, al punto que el serbio lo consideró como uno de los momentos más duros de su carrera contra el manacorí. “Jugamos hasta la extenuación. Fue una batalla mental, física y emocional. Al final, durante la ceremonia, apenas podíamos mantenernos en pie. Nuestras piernas temblaban. Nos miramos, alguien nos trajo sillas y agua. Así terminamos la ceremonia”, recordó en diálogo con el podcast del periodista Jay Shetty, durante su participación del US Open 2025.
Djokovic y su nivel en polvo contra Nadal
Más allá que aquel Australian Open quedó enmarcado para la eternidad, Novak Djokovic señaló que su principal objetivo era vencer a Rafael Nadal en polvo de ladrillo, superficie donde es considerado el mejor de toda la historia, a tal punto que consiguió 14 Roland Garros en su carrera.
Fuente: (Jay Shetty Podcast)
“Ganar a Rafa en tierra fue el mayor desafío que ha existido en la historia del tenis. Él estaba en todas las bolas. Y yo también era un gran defensor, siempre en buena forma física. Pero contra Rafa, en tierra, había que jugar cada punto como si fuese el ultimo. Cada vez que pisaba la Philippe Chatrier para jugar contra él, sabía que iba a tener que subir a un nivel casi sobrehumano para ganar. Jugar contra él allí era casi como jugar contra la historia”, señaló.