Los últimos datos de empleo en Estados Unidos revelan una alarmante realidad: la tasa de desempleo ha escalado al 4,3%, superando las expectativas y marcando un preocupante signo de alerta para la economía del país. En un giro inesperado, las nóminas no agrícolas han caído en 22,000, muy por debajo de las 75,000 que se preveían, lo que indica un deterioro significativo en la creación de empleo. Esta situación pone en tela de juicio la recuperación económica que muchos esperaban.
Con cada cifra que se revela, el eco de las advertencias de Donald Trump se hace más fuerte: “Too late”, resuena en el aire mientras los analistas advierten sobre un posible colapso en el mercado laboral. La creación de empleo se ha enfriado drásticamente, y por primera vez desde 2021, las demandas de empleo superan a las ofertas. Este es un giro preocupante que podría desestabilizar aún más la economía estadounidense.
Los mercados reaccionan con nerviosismo. El índice NASDAQ y el Dow Jones muestran movimientos erráticos, mientras que el oro ha alcanzado nuevos máximos históricos, impulsado por el temor a una crisis de deuda. Los inversores están en alerta máxima, anticipando una posible reducción de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal, lo que podría ser un intento desesperado de contener la caída del empleo y revitalizar la economía.
La situación es crítica y los próximos días serán decisivos. Con la Fed enfrentando una presión creciente para actuar, la incertidumbre se cierne sobre el futuro económico de Estados Unidos. La pregunta que todos se hacen es: ¿será este el inicio de una recesión más profunda? La respuesta podría cambiar el rumbo del país.
