**La gran crisis que se avecina en EEUU sólo podrá evitarse con estas terribles soluciones**
Una advertencia alarmante resuena en el panorama financiero: Kenneth Rogoff, destacado economista, ha publicado un artículo en *Foreign Affairs* titulado “La próxima caída de Estados Unidos”, que podría marcar un punto de inflexión en la economía global. La creciente adicción a la deuda de Washington, que ya se aproxima al 100% del PIB, amenaza con desencadenar una crisis mundial sin precedentes.
Rogoff destaca que, durante décadas, Estados Unidos ha utilizado la deuda como herramienta para enfrentar guerras, crisis y recesiones. Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente. Desde 2022, los inversores exigen tasas de interés más altas, lo que encarece el servicio de la deuda. En 2024, el país gastará más en intereses —880,000 millones de dólares— que en defensa, lo que plantea serias dudas sobre la solvencia del dólar.
Los riesgos son palpables: rebajas en la calificación crediticia, desconfianza de acreedores extranjeros y una creciente presión sobre el dólar frente a otras monedas como el yuan y el euro. La posibilidad de una nueva crisis se cierne sobre el horizonte, con pronósticos de una catástrofe financiera en los próximos cinco a siete años.
Para mitigar esta crisis inminente, Rogoff sugiere soluciones drásticas: austeridad política, impago parcial, represión financiera o la utilización de stable coins y un dólar digital para canalizar el ahorro hacia la deuda. Estas propuestas son aterradoras y podrían tener un impacto devastador en la economía y en la vida de los ciudadanos.
La advertencia es clara: la crisis de deuda no es una mera hipótesis, sino una amenaza tangible que podría debilitar no solo la economía estadounidense, sino también su poder militar y el dominio del dólar en el escenario global. Mientras el mundo observa, la pregunta persiste: ¿quién pagará el precio de los errores de Washington? La urgencia de actuar nunca ha sido tan crítica.