El universo del rock y la música latina se estremece. Carlos Santana, el legendario guitarrista que conquistó al mundo con su sonido inconfundible y su alma mística, atraviesa uno de los momentos más difíciles de su vida. A punto de cumplir 80 años, el ícono mexicano se encuentra luchando contra graves problemas de salud, y su esposa ha confirmado entre lágrimas lo que miles de fanáticos temían: “Carlos no está bien.”
La noticia cayó como una bomba en el mundo del espectáculo. El artista, famoso por fusionar el rock con ritmos latinos y crear himnos eternos como “Oye Como Va” y “Smooth”, ha sido obligado a alejarse de los escenarios que lo consagraron, mientras su cuerpo le pasa factura tras décadas de entrega absoluta a la música.
Según fuentes cercanas, Santana ha sufrido recaídas preocupantes desde su cirugía cardíaca en 2021. Aunque intentó volver a los escenarios, su frágil estado lo llevó al límite: en una de sus presentaciones, colapsó en pleno concierto, dejando al público paralizado. Las imágenes de aquel momento recorrieron el mundo entero.
💔 “Fue devastador verlo caer así. Pensé que lo perdíamos,” confesó su esposa, con la voz quebrada. Desde entonces, el guitarrista ha permanecido bajo estricta supervisión médica, mientras su equipo tomó la dolorosa decisión de cancelar y posponer sus presentaciones para priorizar su recuperación.
Carlos Santana, nacido en Autlán de Navarro, Jalisco, no es solo un músico; es una leyenda viva, un puente entre culturas, un revolucionario que cambió la historia del rock. Desde su debut en los años 60 con la Santana Blues Band, su carrera fue una explosión de genialidad, espiritualidad y rebeldía. Pero tras la gloria, siempre hubo tormenta.
El artista ha enfrentado batallas internas, pérdidas, adicciones y la soledad que acompaña a las grandes leyendas. Sin embargo, cada caída lo hizo renacer. “La música es mi medicina. Es lo único que me mantiene vivo”, dijo alguna vez en una entrevista. Hoy, esas palabras resuenan con más fuerza que nunca.
A pesar de su delicado estado, quienes lo rodean aseguran que Santana no ha perdido su espíritu guerrero. En los momentos más duros, toma su guitarra y deja que sus dedos hablen por él. “Todavía toca, aunque sea por unos minutos al día. La música sigue siendo su refugio,” comentó un amigo cercano.
Las redes sociales se han inundado de mensajes de apoyo. Millones de fanáticos alrededor del mundo envían oraciones, videos, flores y recuerdos de sus conciertos, rogando por su pronta recuperación.