Enrique Iglesias, las dos veces que estuvo a punto de romper con Anna Kournikova

El público no lo podía creer. En pleno concierto en el Auditorio Nacional de Ciudad de México, Enrique Iglesias —el hombre más reservado del pop latino— rompió su silencio y reveló uno de los secretos más íntimos de su vida amorosa. Ante miles de fans, el cantante confesó que su relación con Anna Kournikova, la mujer con la que lleva más de 17 años, no siempre fue un cuento de hadas.

Entre canción y canción, el hijo de Julio Iglesias e Isabel Preysler se detuvo, tomó el micrófono y, con una sonrisa nerviosa, lanzó una frase que dejó a todos sin aliento:

“Llevo 17 años con mi novia… ¡17 años! Ha habido momentos buenos, momentos malos… momentos que me ha mandado a la ching…, momentos de ‘ya no quiero más’. Hubo una vez, bueno, dos veces en específico, que me dijo: ‘Ya, no más’. Y me acuerdo, esto es verdad, que escribí esta canción para pedir perdón.”

El auditorio estalló. Nadie esperaba una confesión tan íntima y desgarradora del artista que siempre ha protegido su vida personal con un hermetismo casi impenetrable. Enrique no solo se abrió emocionalmente, sino que también reveló que su música fue su refugio y su forma de reconciliarse con la mujer que ama.

Fuentes cercanas aseguran que las crisis a las que se refirió el cantante ocurrieron en momentos en los que ambos estaban al borde de la ruptura definitiva, pero que el amor —y la música— terminaron salvando la relación. “Esa canción fue mi terapia, mi manera de pedir perdón”, dijo con la voz entrecortada.

A lo largo de casi dos décadas, Enrique y Anna han formado una de las parejas más sólidas del espectáculo. A pesar de su fama mundial, han logrado mantener su relación lejos de escándalos, criando juntos a sus tres hijos —Nicholas, Lucy y Mary— en la más absoluta discreción.

Sin embargo, esta confesión demuestra que ni siquiera las parejas más perfectas están exentas de las tormentas del amor. Enrique, con la honestidad de un hombre que ha amado y perdido, convirtió su vulnerabilidad en arte, recordándole al mundo que detrás de la estrella hay un corazón que también sufre, se equivoca y lucha por mantener viva la llama.