En un universo alterno lleno de secretos, presiones mediáticas y tragedias inesperadas, Fernando Colunga enfrenta el que sería, dentro de esta historia ficticia, el golpe más devastador de su vida. En esta trama dramatizada, el galán de las telenovelas es sorprendido en plena madrugada por una llamada que cambia su mundo para siempre: la supuesta muerte de su primo favorito, el único miembro de la familia con quien compartía confidencias profundas… y un secreto que nadie debía conocer.
Según esta narrativa, el fallecimiento ocurre en circunstancias misteriosas, envueltas en silencios incómodos, declaraciones contradictorias y un expediente médico que —dentro de esta ficción— habría sido sellado súbitamente, despertando sospechas entre productores, amigos y hasta algunos periodistas que siguen de cerca los pasos del actor.

La noticia, filtrada por una fuente anónima en esta historia, se esparce como fuego: redes colapsadas, fans desconcertados, periodistas intentando reconstruir un rompecabezas lleno de lagunas.
Pero lo que genera verdadero caos es otro detalle ficticio:
se rumora que Fernando y su primo estaban trabajando en un proyecto personal que podría haber incomodado a ciertas figuras poderosas del medio.
El actor, en esta versión narrativa, se recluye de inmediato, cancelando grabaciones, entrevistas y apariciones públicas. Sus allegados aseguran que ha recibido mensajes extraños, advertencias veladas y llamadas que prefiere no contestar. Todo esto alimenta teorías explosivas:
¿Fue realmente una tragedia… o hay algo más oscuro detrás?

Mientras la prensa especula, amigos cercanos dentro de esta ficción dicen que Colunga se encuentra “al borde”, lidiando con una mezcla de duelo, miedo y una verdad que aún no ha decidido revelar.
En este mundo dramatizado, una cosa está clara:
esta tragedia podría ser apenas el inicio de un escándalo que sacudiría por completo el mundo del espectáculo.