La República Dominicana despertó con un ambiente inusual, como si algo estuviera a punto de sacudir el mundo del béisbol. Desde temprano, movimientos extraños en aeropuertos y hoteles de lujo levantaron sospechas. Varios vehículos oficiales, acompañados de seguridad reforzada, llegaron sin previo aviso. La noticia estalló: altas autoridades de la MLB habían aterrizado en el país en una misión urgente e inesperada.
En esta historia ficcional, el motivo era uno solo: el futuro de Wander Franco, una joven promesa del béisbol atrapada en una encrucijada profesional que podría cambiarlo todo.
La reunión secreta se llevó a cabo en un salón privado, aislado del público, con luces bajas y un ambiente tan denso que casi podía respirarse. Allí estaban sentados algunos de los nombres más importantes del deporte, incluyendo versiones fictivas de Juan Soto y Fernando Tatis Jr., quienes fungían como mediadores y defensores del talento joven. Ellos habían pedido esta cita, convencidos de que aún quedaba esperanza para el pelotero.
Juan Soto tomó la palabra con serenidad:
—“Si estamos aquí es porque creemos en él. No podemos dejar perder a un talento así.”
El silencio posterior fue profundo y cargado de significado.
Mientras tanto, en una habitación contigua, Wander caminaba de un lado a otro. En esta historia alternativa, un contrato de 200 millones de dólares y la continuidad de su carrera dependían de lo que se decidiera al otro lado de la puerta. La tensión era inmensa. Cada minuto que pasaba parecía multiplicar el peso sobre sus hombros. Sabía que la oportunidad que estaba en juego podría definir su futuro para siempre.
Dentro del salón, Tatis presentó una propuesta arriesgada, un plan inédito que implicaba varias etapas de reintegración y una estricta supervisión profesional. Los ejecutivos de la MLB lo escucharon con atención. La atmósfera era tan tensa como frágil.
—“Si esto falla… será un precedente peligroso,” murmuró uno de los dirigentes.—“Pero si funciona… podríamos estar frente a una de las historias más grandes de redención en el béisbol,” respondió Soto.
