Carlos “Cash” Luna, de 63 años, ha sido una figura religiosa ampliamente conocida y controvertida en América Latina, especialmente como el pastor detrás de la influyente Iglesia Casa de Dios en Guatemala. Su vida ha estado marcada por la construcción de un imperio de fe y riqueza, pero también por acusaciones de vínculos con el narcotráfico y un estilo de vida ostentoso. En su reciente aparición, el pastor ha decidido romper su silencio, generando un gran revuelo con sus declaraciones.
Nacido el 4 de marzo de 1962 en Ciudad de Guatemala, Luna creció en un hogar católico y enfrentó dificultades económicas tras el divorcio de sus padres. Desde joven, mostró una profunda devoción a Dios y se destacó académicamente, aunque su comportamiento rebelde le impidió recibir reconocimientos formales. Su apodo “Cash” se originó de su infancia, cuando tenía problemas para pronunciar su nombre completo, pero rápidamente se asoció con la riqueza que acumuló a lo largo de su carrera.
A lo largo de los años, Luna ha enfrentado numerosas controversias, desde acusaciones de corrupción hasta críticas sobre su estilo de predicación y la construcción de su enorme templo. En 2018, Univisión emitió un reportaje que alegaba vínculos de la iglesia con actividades ilícitas, pero Luna desmintió las acusaciones y se ha mantenido firme en su misión de difundir el evangelio.
Además de su trabajo pastoral, Luna ha publicado varios libros que han sido bien recibidos, y su iglesia ha logrado un impacto significativo en el ámbito digital, alcanzando a miles de personas en todo el mundo. Su enfoque dinámico y enérgico en la predicación ha atraído tanto seguidores como detractores, pero su influencia en el ámbito religioso y social sigue siendo innegable.
A pesar del constante escrutinio y las críticas, Cash Luna continúa comprometido con su misión, buscando ayudar a su comunidad y expandir su ministerio más allá de Guatemala. En medio de la controversia, su legado sigue siendo un tema de debate, y muchos se preguntan si su trabajo realmente ha sido una fuerza para el bien en la vida de sus seguidores.