En un giro sorprendente que ha dejado a México con la boca abierta, se ha revelado una confesión explosiva de Mario Moreno Cantinflas sobre su rivalidad con el icónico Jorge Negrete, justo antes de su muerte en 1993. Decenas de años después de una de las enemistades más intensas y complejas de la época de oro del cine mexicano, Cantinflas rompió el silencio en su lecho de muerte, confesando que nunca odió a Negrete, sino que luchó con el perdón tanto hacia él como hacia sí mismo.
Durante su vida, Cantinflas y Negrete comenzaron como aliados en la lucha por los derechos de los actores, cofundando la Asociación Nacional de Actores. Sin embargo, sus diferencias ideológicas y personales los llevaron a una rivalidad pública que estalló en escándalos mediáticos. La disputa culminó en una asamblea de 1952 que expuso sus conflictos, dejando a ambos iconos en un estado de enfrentamiento abierto que dividió a la industria del entretenimiento mexicano.
Fue en sus últimos días, mientras enfrentaba una enfermedad terminal, que Cantinflas, rodeado de amigos y familiares, reveló la verdad que lo había atormentado durante décadas. “Nunca supe cómo perdonarlo”, susurró con un peso de arrepentimiento en su voz. Esta confesión ha dejado a los asistentes atónitos, dándole un nuevo matiz a una historia marcada por el rencor y la rivalidad.
La muerte de Jorge Negrete en 1953 fue un golpe devastador para el país y, a pesar de las tensiones, Cantinflas asistió a su funeral, un acto que desató más controversia y avivó la animosidad entre los dos mundos del cine. Ahora, esta revelación final de Cantinflas sobre Negrete no solo añade una capa de complejidad a su historia compartida, sino que invita a la reflexión sobre las reconciliaciones no realizadas y los lazos que persisten incluso en la adversidad. La pregunta que queda en el aire es: ¿qué habría cambiado en el cine mexicano si estos dos titanes hubieran encontrado la paz antes de que fuera demasiado tarde?