El nuevo Papa Leão XIV ha inaugurado su papado con una misa cargada de simbolismo y un mensaje incisivo que ha resonado en todo el mundo. Celebrada el 9 de mayo, la primera homilía del pontífice no solo reafirmó la misión de evangelizar, sino que también lanzó lo que muchos interpretan como una directa crítica a los cristianos evangélicos y protestantes.
En un evento que marcó el cierre oficial del reciente cónclave, Leão XIV condujo la ceremonia en solitario, algo que no se había visto desde que el Papa Francisco enfrentó problemas de salud. Durante su discurso, el nuevo líder de la Iglesia Católica abordó la creciente secularización del mundo, enfatizando la necesidad de que la fe cristiana sea llevada a los “centros de poder”. Su crítica resonó fuertemente cuando habló sobre el “ateísmo práctico” que, según él, reduce a Jesús a una mera figura carismática, a menudo despreciada o ridiculizada.
“Hoy, la fe cristiana es considerada absurda por muchos, quienes prefieren el dinero y el placer”, afirmó Leão XIV, un mensaje que ha sido interpretado como un llamado al redoble de esfuerzos en tiempos de creciente escepticismo. Los analistas religiosos han señalado que estas palabras parecen destinadas a desafiar a aquellos que, a pesar de ser cristianos, viven en una especie de indiferencia hacia los principios del evangelio.
Con su estilo enérgico y directo, el Papa Leão XIV ha establecido claramente que su papado se dedicará a confrontar las tendencias contemporáneas que amenazan la fe. Se espera que sus declaraciones generen un intenso debate entre diferentes denominaciones cristianas en los días venideros. La comunidad católica y el mundo evangélico estarán atentos a cómo se desarrollan estos temas críticos bajo su liderazgo.