**VALERIA MÁRQUEZ AMABA A UN SICARIO… Y ÉL LA MANDÓ A MATAR**
Una tarde tranquila en Zapopan, Jalisco, se tornó en horror absoluto cuando Valeria Márquez, una influencer y estilista reconocida, fue asesinada en plena transmisión en vivo. Mientras compartía su rutina diaria con sus seguidores, un hombre armado irrumpió en su salón de belleza y disparó a sangre fría. La escena, vista por millones, reveló no solo el fin de una vida, sino un oscuro entramado de amor y traición.
Días después, el nombre detrás de esta tragedia emergió: Ricardo Ruiz Velasco, alias “el doble R”, uno de los sicarios más temidos del Cártel Jalisco Nueva Generación. Su relación con Valeria comenzó en una fiesta clandestina, donde la atrajo su valentía. Sin embargo, lo que parecía un romance se convirtió en una pesadilla de control y miedo. Valeria, sin saberlo, se adentró en un mundo donde el amor estaba ligado a secretos fatales.
El asesinato fue meticulosamente planeado. Se rumorea que el sicario conocido como “el gordo Iván” recibió órdenes de ejecutar a Valeria durante su transmisión, enviando un mensaje aterrador a otras mujeres cercanas al narcotráfico. La brutalidad del crimen no solo buscaba silenciar a Valeria, sino también infundir terror en quienes pudieran conocer la verdad.
La Fiscalía de Jalisco investiga el caso bajo el protocolo de feminicidio, pero la sombra de la corrupción se cierne sobre la investigación. Testigos han desaparecido y las autoridades parecen más interesadas en desviar la atención que en buscar justicia. La muerte de Valeria ha desencadenado una ola de indignación, convirtiéndose en un símbolo de la lucha contra la impunidad y la violencia de género en México.
Mientras el eco de su último grito “Karina, cierra la puerta, tengo miedo” resuena en la memoria colectiva, la pregunta persiste: ¿quién pagará por este crimen? La historia de Valeria Márquez no solo es un relato de amor y muerte, es una advertencia sobre los peligros de cruzar caminos con el crimen organizado. En un mundo donde el silencio puede ser mortal, su voz sigue viva, clamando justicia.