“Mi VIEJA está SIEMPRE CONMIGO”: el recuerdo de Valen Yan de su mamá, Romina
En el mundo del automovilismo, la velocidad y la competencia son constantes, pero para Valen Yan, cada carrera es un homenaje a su madre, Romina. Con la adrenalina corriendo por sus venas, Valen, un joven piloto, comparte cómo su madre, fallecida cuando él tenía solo siete años, sigue siendo su mayor apoyo. “La siento muy presente en el auto”, confiesa, mientras se prepara para otra carrera en el circuito de Viedma.
El recuerdo de Romina no solo vive en su mente, sino que también ha encontrado un lugar simbólico en su número de carrera: el cinco, elegido en honor a su cumpleaños. Aunque la ausencia de su madre se siente profundamente, Valen ha aprendido a sobreponerse al dolor. “La tristeza no es tanto por el dolor, sino por los momentos que se pierden”, reflexiona. A sus 14 años, la vida le enseñó a enfrentar adversidades, y el legado de su madre lo acompaña en cada vuelta.
El joven piloto no solo habla de su madre, sino también de su abuelo, quien ha sido un pilar fundamental en su vida. “Es mi ídolo”, dice Valen, destacando la dedicación y el amor que su abuelo ha brindado a la familia desde el primer momento. Con el apoyo de sus seres queridos, Valen se enfrenta a la pista con determinación y una inquebrantable conexión con su pasado.
La historia de Valen Yan es un testimonio de amor, pérdida y resiliencia. En cada carrera, siente que su madre lo guía, y aunque el temor de cualquier madre pueda ser palpable, él está seguro de que Romina dejaría de lado ese miedo para apoyarlo incondicionalmente. Así, la memoria de una madre se convierte en la fuerza motriz de un joven piloto que no solo corre por un trofeo, sino también por el orgullo de llevar su legado en el corazón.