¡ESCÁNDALO! La Corte Suprema de Justicia ha cerrado el caso que involucraba al ministro del Interior, Armando Benedetti, en un giro inesperado que ha dejado a muchos atónitos. La investigación por injuria agravada contra Lina María Arbeláez, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), ha sido precluida, marcando un hito en la controversia que ha sacudido al país.
El conflicto se originó en 2022, cuando Benedetti lanzó acusaciones explosivas a través de su cuenta en la red social X, insinuando actos de corrupción y mala gestión por parte de Arbeláez. Sin embargo, esas afirmaciones, que carecían de pruebas concretas, pronto se convirtieron en un boomerang legal. La exfuncionaria, sintiéndose vulnerada en su honor y reputación, decidió llevar el asunto a los tribunales.
En un sorprendente cambio de rumbo, ambas partes optaron por una conciliación, evitando así un juicio que podría haber tenido repercusiones políticas significativas. Benedetti, en un acto de reparación, se comprometió a retractarse públicamente y a disculparse en dos ocasiones a través de X. Sus retractaciones, publicadas el 11 de abril y el 5 de mayo de 2025, fueron cruciales para que la Corte considerara que se cumplían los requisitos legales para cerrar el caso.
La sala especial de primera instancia de la Corte, al recibir la solicitud de preclusión respaldada por la Fiscalía y la defensa de Arbeláez, determinó que el conflicto podía darse por concluido. La decisión no solo extingue la acción penal, sino que también elimina cualquier anotación relacionada con Benedetti en los registros judiciales, un alivio para su carrera política.
Este escándalo resalta la importancia del uso responsable de las redes sociales por parte de figuras públicas y deja una lección clara sobre el poder de las palabras en la era digital. La retractación de Benedetti, aunque tardía, ha sido vista como un paso hacia la reparación del daño infligido, mientras que Arbeláez ha expresado su satisfacción, considerando que su honor ha sido restaurado.
Así, la Corte Suprema ha cerrado un capítulo que, de no haberse resuelto por el diálogo, podría haber tenido consecuencias mucho más graves para ambos protagonistas y para la confianza del público en sus instituciones.