En un giro inesperado de los acontecimientos en la Casa Real Española, la Reina Sofía ha dado un contundente “guantazo” simbólico a Doña Letizia durante un acto público, evidenciando una vez más su relevancia y agudeza en el protocolo real. Este momento se produce en un contexto delicado: la confirmación del cáncer del Rey Carlos III de Inglaterra, un hecho que ha conmocionado tanto a la monarquía británica como a la española.
La Reina Sofía, en su papel como presidenta de honor de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, no solo brilló con un atuendo elegante y tradicional, sino que también tomó la iniciativa de enviar un mensaje de apoyo a la familia real británica. Este gesto diplomático contrasta con la aparente inacción de Doña Letizia, quien, a pesar de ser la encargada del protocolo, no hizo llegar un saludo oficial. La decisión de Sofía de actuar por su cuenta subraya la importancia de la solidaridad entre monarquías, especialmente en momentos críticos como este.
El acto de la Reina Sofía no solo refleja su compromiso con las relaciones internacionales, sino que también pone de relieve una posible falta de atención por parte de Doña Letizia hacia los asuntos protocolarios que, como consorte, debería priorizar. Este episodio ha generado un debate sobre el papel de cada una en la Casa Real, sugiriendo que la Reina Emérita está más en sintonía con las expectativas del público y la tradición monárquica que su nuera.
Con este “guantazo” simbólico, Sofía reafirma su posición y su relevancia en el ámbito real, mientras que la mirada pública se centra en la capacidad de Doña Letizia para adaptarse y responder a situaciones que requieren sensibilidad y tacto. En un momento donde la monarquía enfrenta desafíos, la lección de la Reina Sofía es clara: la diplomacia y la solidaridad no deben ser subestimadas.