**TODO ES GEOPOLÍTICA: Alerta nuclear de Irán, golpe de EEUU a Ucrania e Israel atacará Yemen**
La tensión geopolítica mundial se intensifica a medida que Irán reafirma su compromiso con su programa nuclear, desafiando abiertamente los ataques de Estados Unidos e Israel. El jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán, Mohammad Eslami, declaró que los bombardeos no detendrán el avance nuclear del país, señalando que la tecnología nuclear es parte de la identidad iraní. Esta postura desafiante se produce en un contexto donde Rusia expresa su decepción ante la falta de respuesta del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) por los ataques a la planta nuclear de Zaporilla en Ucrania.
Mientras tanto, Ucrania se encuentra en una situación crítica, solicitando urgentemente una conversación con Estados Unidos ante la posible suspensión de envíos de armas. El Ministerio de Defensa ucraniano ha alertado sobre la disminución de los arsenales estadounidenses, lo que podría dejar al país vulnerable frente a una Rusia que no muestra signos de ceder. La reciente decisión de Washington de pausar algunos envíos de misiles ha generado preocupación en Kiev, que teme que esto pueda alentar una mayor agresión por parte de Moscú.
En otro frente, Israel se prepara para una posible ofensiva contra Yemen, tras ataques recientes de los hutíes. Este nuevo capítulo en el conflicto regional se suma a la ya compleja situación en Oriente Medio, donde las tensiones entre Estados Unidos, Irán e Israel continúan escalando. La posibilidad de una respuesta militar israelí a los ataques yemeníes podría desestabilizar aún más la región, generando un ciclo de represalias que podría extenderse más allá de las fronteras de Yemen.
La interconexión de estos eventos resalta la fragilidad del equilibrio geopolítico actual. Con Irán decidido a avanzar en su programa nuclear, una Ucrania que depende de la ayuda estadounidense y un Israel que busca reafirmar su dominio militar, el escenario global se torna cada vez más volátil. Las potencias occidentales, especialmente Europa, deben actuar con rapidez y determinación para evitar que esta situación se convierta en un conflicto a gran escala. La urgencia es palpable; el tiempo para la diplomacia se agota y las consecuencias de la inacción podrían ser devastadoras.