La tensión entre Irán e Israel se intensifica, y la advertencia de Eduardo Irastorza, profesor de OBS Business School, suena más urgente que nunca: “La guerra entre Irán e Israel volverá con fuerza”. En un análisis reciente, Irastorza expone que las acciones de Netanyahu se limitan a dos opciones estratégicas: la eliminación de las figuras clave del programa nuclear iraní o la destrucción de sus instalaciones nucleares. Sin embargo, el tiempo ha demostrado que los esfuerzos israelíes han sido insuficientes, ya que Irán ha fortalecido sus defensas y continúa avanzando en su programa nuclear.
La situación en Gaza es igualmente crítica. A pesar de los intentos de Netanyahu de establecer la paz, la realidad muestra un aumento en la devastación y la pérdida de vidas. Irastorza señala que la paz para Israel, en su interpretación, implica el desalojo de la población palestina, lo que perpetúa un ciclo de violencia y conflicto. A medida que se desarrollan las reuniones diplomáticas, la falta de progreso tangible resalta la fragilidad de la situación, con un alto el fuego que parece más distante que nunca.
Además, el papel de Estados Unidos se vuelve crucial. Irastorza destaca que la administración de Trump ha reafirmado su apoyo a Israel, complicando aún más las negociaciones con Irán. Las conversaciones nucleares entre Washington y Teherán están estancadas, y cualquier esperanza de un acuerdo parece lejana. Irán, por su parte, no está dispuesta a depender de Israel para su supervivencia y busca una fuerza nuclear disuasiva que le permita negociar desde una posición de fortaleza.
La región se prepara para un posible recrudecimiento del conflicto, con Irastorza advirtiendo que los almacenes de armamento en ambos países se están llenando. La amenaza de una guerra abierta se cierne sobre el horizonte, y la comunidad internacional observa con preocupación cómo se desarrolla esta peligrosa dinámica.