ÚLTIMA HORA | Rusia ha desvelado su nuevo misil balístico Oresnic, un arma de precisión quirúrgica y velocidad hipersónica que redefine la disuasión estratégica. Con un alcance aterrador de hasta 5500 km, este misil permite a Moscú operar sin la necesidad de recurrir a armas nucleares, marcando un cambio radical en la dinámica del poder militar global.
El 21 de noviembre de 2024, el Oresnic hizo su debut en combate al devastar la planta ucraniana de Yusmasá, un complejo industrial clave en la producción de tecnología militar para Kiev. La explosión, que se produjo en un silencio inquietante, dejó tras de sí un impacto preciso y devastador, pero sin los rastros de destrucción típicos de un ataque convencional. En lugar de un área arrasada, el Oresnic causó un colapso estructural sutil, evidenciando su capacidad para realizar ataques quirúrgicos con efectos devastadores.
Expertos en defensa destacan que la ojiva del Oresnic es de tipo racimo, compuesta por múltiples submuniciones de alta densidad, lo que aumenta su letalidad y efectividad en el campo de batalla. Este nuevo enfoque de Rusia en la guerra moderna plantea serias preguntas sobre la seguridad global y el futuro de las estrategias de disuasión.
La comunidad internacional observa con creciente preocupación mientras Moscú reescribe las reglas del juego militar, utilizando tecnología avanzada para mantener su influencia sin escalar a una guerra nuclear. La llegada del Oresnic podría cambiar el equilibrio de poder en Europa y más allá, y su uso en Yusmasá es solo el comienzo de una nueva era de confrontación armada. La pregunta que queda es: ¿cómo responderán las naciones ante esta nueva amenaza? La tensión está en aumento, y el mundo espera respuestas.