Rusia ha respondido a las recientes declaraciones del ex presidente estadounidense Donald Trump, quien afirmó haber amenazado a Vladimir Putin con bombardear Moscú si Rusia invadía Ucrania. Durante un evento de recaudación de fondos, Trump reveló que utilizó un tono contundente en sus conversaciones con líderes internacionales, incluyendo al presidente chino Xi Jinping. Esta revelación ha generado una ola de reacciones, tanto en Estados Unidos como en el ámbito internacional.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, comentó que no está claro si las afirmaciones de Trump son verídicas, sugiriendo que muchas veces hay más desinformación que hechos concretos. A pesar de la retórica beligerante de Trump, Peskov aseguró que Moscú mantiene la calma y busca resolver el conflicto en Ucrania a través de medios diplomáticos.
Mientras tanto, la situación en Ucrania se agrava, con informes de un ataque masivo por parte de Rusia que involucró el lanzamiento de 728 drones y 13 misiles, lo que ha llevado a la Fuerza Aérea ucraniana a activar sus sistemas de defensa. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha instado a Estados Unidos a reanudar el envío de armamento defensivo y ha criticado la falta de acción de la comunidad internacional frente a la agresión rusa.
Este contexto tenso se ve agravado por la pausa en el envío de armas estadounidenses a Ucrania, una decisión que ha generado confusión en la administración de Biden y ha llevado a cuestionamientos sobre la coordinación interna.
A medida que las tensiones continúan, el futuro de la relación entre Estados Unidos y Rusia se torna cada vez más incierto, especialmente con un Trump que parece estar dispuesto a utilizar una retórica amenazante en su búsqueda de apoyo electoral. La comunidad internacional observa con preocupación estos desarrollos, que podrían tener repercusiones significativas en la estabilidad global.