La amenaza nuclear de Irán se ha convertido en un tema candente en la política internacional, especialmente tras las recientes declaraciones de Donald Trump sobre la necesidad de negociar un nuevo acuerdo nuclear. Gustavo Aristegui, diplomático en Washington, ha analizado la situación, destacando que la amenaza iraní es real y que el enfoque de Trump busca evitar una escalada bélica.
Durante una cena oficial entre Trump y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se respiraba un aire de escepticismo. Muchos en Washington consideran que Netanyahu está manejando la situación a su favor, utilizando la prolongación del conflicto en Gaza para desviar la atención de sus problemas internos. Sin embargo, la percepción de una inminente amenaza nuclear por parte de Irán ha unido a la ciudadanía israelí en torno a su gobierno, lo que complica aún más la situación.
Aristegui subraya que la intención de Trump de negociar con Irán no es nueva. Desde antes de los recientes bombardeos, el presidente estadounidense ha dejado claro que no busca iniciar guerras, sino poner fin a ellas. La estrategia incluye enviar a su enviado especial, Steve Bitkov, con la autoridad necesaria para entablar diálogos directos con Teherán. Esto ha generado divisiones entre los sectores más conservadores del Partido Republicano, quienes critican cualquier intento de acercamiento a Irán.
En el fondo, la amenaza nuclear de Irán no debe ser subestimada. La capacidad de enriquecimiento de uranio de Irán ha sido un punto de preocupación, especialmente dado que el enriquecimiento al 60% podría facilitar la construcción de armas nucleares. Aristegui enfatiza que el nuevo acuerdo propuesto por Estados Unidos busca limitar esa capacidad, permitiendo solo el enriquecimiento para fines civiles.
Mientras tanto, el conflicto en Gaza sigue siendo un punto crítico, con Netanyahu enfrentando presiones internas y externas. Las declaraciones sobre el desplazamiento de palestinos a Rafa han generado controversia, y muchos analistas se preguntan si esta estrategia realmente conducirá a una paz duradera. La situación en Oriente Medio es volátil y la comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan estos acontecimientos.