Rusia ha desatado un ataque histórico contra Ucrania, lanzando un asombroso total de 728 drones y varios misiles hipersónicos en la madrugada de hoy. Este es el ataque más masivo desde el inicio del conflicto, con alarmas sonando en toda la OTAN y una respuesta inmediata de las fuerzas de defensa aérea ucranianas, que lograron interceptar 718 drones y siete misiles. Sin embargo, el impacto de este asalto ha sido devastador, con múltiples regiones de Ucrania, incluyendo Kiev y Járkov, reportando daños significativos.
En medio de esta escalada bélica, el expresidente estadounidense Donald Trump ha hecho olas al amenazar con bombardear tanto Moscú como Pekín en caso de un conflicto. En un audio filtrado, Trump revela que durante su mandato advirtió a Vladimir Putin sobre las consecuencias de una invasión a Ucrania, y a Xi Jinping sobre Taiwán. Estas declaraciones han provocado una rápida reacción desde el Kremlin, donde el portavoz Dmitri Peskov ha calificado la situación de “poco clara”, insinuando que las palabras de Trump podrían ser solo una táctica retórica.
La tensión no se limita a Europa. En el Medio Oriente, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reafirma su compromiso de acabar con Hamas en Gaza, mientras que la comunidad internacional observa con preocupación el creciente caos. En Hungría, el primer ministro Viktor Orbán ha lanzado un ultimátum a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sugiriendo que es hora de que se retire.
La situación es crítica y se desarrolla rápidamente. Con cada hora que pasa, el riesgo de una escalada mayor se vuelve más real. La comunidad internacional debe actuar con rapidez para evitar que estas tensiones se conviertan en un conflicto global. La urgencia es palpable y el mundo observa con ansiedad.