**EL MF HONRA A JESÚS NORBERTO EL 30 EN FUNERAL MILLONARIO: CORRIDOS Y ARREGLOS DE LA FAMILIA ZAMBADA**

Un funeral que eclipsó la noción misma de luto se llevó a cabo en Sinaloa, México, donde la muerte de Jesús Norberto, conocido como “el 30”, se transformó en un despliegue de poder y opulencia sin precedentes. Este evento, que costó más que una mansión, no solo fue una despedida, sino un mensaje contundente al mundo: “Aquí seguimos, y somos más fuertes que nunca”.

El cortejo fúnebre, rodeado de coronas de flores importadas que representaban fortunas inimaginables, reunió a figuras prominentes del narcotráfico y a miembros de la familia Zambada, quienes enviaron arreglos florales que hablaban de la importancia del difunto en la jerarquía criminal. La música de una banda de corridos resonó en el aire, convirtiendo el cementerio en un escenario donde el luto se mezclaba con el espectáculo.

Los gastos exorbitantes, que incluyeron un ataúd de caoba con errajes dorados y arreglos florales que costaban más que un automóvil nuevo, han generado un torbellino de críticas y asombro en las redes sociales. Mientras algunos admiraban el lujo, otros denunciaban el contraste con la pobreza que enfrenta gran parte de la población mexicana. Sin embargo, para quienes conocen el mundo del narcotráfico, este funeral fue una declaración de principios, un acto de propaganda que no solo honraba a un operador financiero, sino que también servía como advertencia para quienes desafían al cartel.

Las imágenes y videos del evento comenzaron a circular rápidamente, mostrando la magnificencia del funeral y la presencia de numerosos asistentes que rindieron homenaje al 30. Esta ostentación no fue solo un acto de duelo; fue un recordatorio de que la guerra del narcotráfico en Sinaloa continúa, y que las repercusiones de esta muerte apenas están comenzando a sentirse en las calles.

La violencia y la retaliación se ciernen sobre Culiacán, donde este funeral millonario podría ser solo el preludio de una nueva ola de venganza. La historia de Jesús Norberto no terminó con su muerte; su legado y su influencia seguirán marcando el rumbo del narcotráfico en la región.