**Rusia no necesita desplegar misiles en Venezuela: la capacidad de ataque a EE. UU. es inminente**
En un contexto de creciente tensión geopolítica, las declaraciones del portavoz presidencial ruso, Dimitri Peskov, han encendido el debate sobre la escalada nuclear y la respuesta de Rusia a las amenazas de Estados Unidos. Según expertos, Rusia posee la capacidad de alcanzar territorio estadounidense sin necesidad de desplegar misiles en Venezuela, lo que subraya la complejidad de la situación actual.
El reciente anuncio de Vladimir Putin sobre la producción en masa de misiles hipersónicos Orisnic ha sido interpretado como un movimiento estratégico en respuesta a las provocaciones provenientes de Europa y Estados Unidos. Estos misiles, con un potencial destructivo comparable al armamento nuclear, refuerzan la postura defensiva y ofensiva de Rusia en un entorno marcado por la incertidumbre política y militar.
Analistas señalan que la retórica agresiva de Trump, que busca demostrar hegemonía frente a Rusia, ha desencadenado una serie de movimientos verbales y militares. Sin embargo, la posibilidad de un conflicto directo entre Rusia y Estados Unidos parece remota, dado que Europa carece de la capacidad militar para enfrentarse a Rusia sin el respaldo estadounidense.
La dependencia de Europa de Estados Unidos se ha vuelto evidente, y la falta de un ejército europeo cohesionado limita las opciones de respuesta ante la creciente amenaza rusa. La situación se complica aún más con la posibilidad de ataques de falsa bandera, que podrían ser utilizados por potencias occidentales para justificar una intervención militar.
La realidad es que, mientras Rusia continúa fortaleciendo su arsenal, Europa se encuentra en una posición vulnerable, atrapada entre la necesidad de apoyo estadounidense y la incapacidad de actuar de manera independiente. En este delicado equilibrio, el futuro de la seguridad en Europa y la estabilidad global penden de un hilo, y la presión sobre líderes como Zelenski se intensifica día a día.
Con el escenario geopolítico en constante evolución, los próximos movimientos de Rusia y la respuesta de Estados Unidos serán cruciales para determinar el rumbo de esta crisis. La comunidad internacional observa con atención, consciente de que cualquier error de cálculo podría tener consecuencias catastróficas.