El gobernador de California, Gavin Newsom, ha lanzado una feroz crítica contra el presidente Donald Trump tras su reciente decisión de desplegar la Guardia Nacional en Washington. En un contexto de creciente tensión y violencia, Trump anunció que tomaría medidas drásticas, incluyendo el control federal de la policía de la ciudad, lo que ha desatado un torrente de reacciones.
Newsom, en un comunicado emitido el 10 de marzo, advirtió a los residentes de Washington que podrían esperar ver soldados inactivos, señalando que la intervención federal no tendría un impacto significativo en la seguridad pública. “Son mentiras de todos los niveles del gobierno federal”, afirmó, dejando claro su desdén por la estrategia de Trump. Esta postura refleja una profunda preocupación por la posible desestabilización de la democracia estadounidense, acusando al presidente de “jugar con fuego”.
Además, el gobernador instó a Trump a frenar los intentos de gobernadores republicanos, como los de Texas, para rediseñar los mapas del Congreso de manera que beneficien al Partido Republicano en las elecciones de 2026. Newsom advirtió que California podría contraatacar ajustando sus propios mapas electorales, lo que intensifica la batalla política en un clima ya polarizado.
La decisión de Trump de militarizar la respuesta a la violencia en la capital ha sido recibida con escepticismo y rechazo por parte de líderes demócratas, que ven en ello un abuso de poder. La situación en Washington se torna cada vez más crítica, y las reacciones de figuras como Newsom subrayan la urgencia de un diálogo constructivo en lugar de medidas extremas.
Esta confrontación entre el gobernador de California y el presidente de EE.UU. no solo destaca las divisiones políticas actuales, sino que también plantea preguntas sobre el futuro de la gobernanza y la estabilidad democrática en el país. La presión sobre Trump aumenta, y las repercusiones de estas decisiones podrían ser profundas y duraderas.