Irán ha desatado su mayor bombardeo con misiles sobre Israel, provocando una alarmante escalada en el conflicto que ya ha dejado al menos 137 heridos, incluidos varios en estado grave. Este ataque, que impactó directamente un hospital en la región de Bevba y la bolsa de valores en Tel Aviv, marca un punto crítico en la creciente tensión entre ambos países. A primera hora de la mañana, los misiles iraníes causaron un incendio devastador en el hospital Soroca, uno de los más importantes de Israel, generando pánico y caos en el sur del país.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no tardó en responder, prometiendo que los “tirano de Teherán” pagarán por sus crímenes. En un tono firme, afirmó que Israel intensificará sus ataques contra objetivos estratégicos en Irán, señalando que el líder supremo de Irán, Ali Jamenei, será considerado responsable de sus acciones. La situación se torna aún más crítica con la amenaza de una intervención militar estadounidense, ya que el presidente Donald Trump ha dado luz verde a planes para un posible ataque en respuesta a la agresión iraní.
Mientras tanto, las fuerzas de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán han acusado a Israel de utilizar sistemas de defensa ineficaces en áreas urbanas, intensificando el intercambio de acusaciones y descalificaciones. La comunidad internacional observa con creciente preocupación, ya que Rusia ha declarado que no ve una solución pacífica a este conflicto, mientras que China ha instado a ambas partes a cesar el fuego de inmediato.
La escalada de este conflicto no solo pone en riesgo la estabilidad regional, sino que también amenaza con desatar una crisis humanitaria de proporciones devastadoras. Las imágenes de la destrucción y el sufrimiento en Israel son un recordatorio escalofriante de lo que está en juego. La tensión sigue en aumento y el mundo aguarda con ansiedad el próximo movimiento en este juego mortal de poder.