¡ESCÁNDALO EN COLOMBIA! El juicio contra Álvaro Uribe Vélez se ha convertido en un verdadero circo judicial, y las acusaciones de manipulación son más que alarmantes. La jueza Sandra Liliana Heredia ha acelerado el proceso de manera inusitada, desatando sospechas de que el sistema judicial está siendo utilizado como un arma política. Mientras otros casos importantes se estancan, el juicio contra el expresidente avanza a una velocidad vertiginosa, como si se tratara de un video viral en TikTok.
Las alarmas se encienden: ¿es este un acto de justicia genuina o una persecución disfrazada? La jueza ha decidido que no hay tiempo que perder, ignorando las solicitudes de aplazamiento de Uribe, quien se presentó virtualmente para organizar su defensa. Este afán por avanzar en el juicio coincide con la inminente prescripción del caso, lo que plantea serias dudas sobre la imparcialidad del proceso.
La Corte Suprema, en un giro irónico, archivó la denuncia de Uribe contra el senador Iván Cepeda, mientras que la fiscalía asegura tener pruebas contundentes en su contra. Sin embargo, otros casos que involucran a aliados del gobierno de Gustavo Petro permanecen olvidados en los estantes de la justicia. La rapidez del juicio contra Uribe contrasta con la lentitud que caracteriza a otros procesos, lo que ha llevado a muchos a cuestionar si se trata de una justicia selectiva.
Este espectáculo judicial no solo pone en jaque la credibilidad del sistema, sino que también plantea un mensaje claro: si no estás alineado con el gobierno de Petro, podrías ser el próximo blanco de una cacería política. Mientras tanto, los verdaderos corruptos siguen operando con impunidad. La situación es crítica y exige nuestra atención: ¿es este el inicio de una era de persecución política en Colombia? La justicia debería ser ciega, pero parece que en este caso, tiene ojos bien abiertos. ¡Nos encontramos en la primera fila de un drama que apenas comienza!