HACE 43 MINUTOS: El Triste Final del boxeador Canelo Álvarez

Un jet privado despegó de Jalisco con 25 millones de pesos en efectivo, revelando conexiones inquietantes entre el mundo del deporte y el crimen organizado. A las 4:43 a.m., un operativo liderado por el equipo de seguridad de Omar García Harfuch interceptó la aeronave, que volaba sin un manifiesto de carga ni lista de pasajeros. Lo que encontraron a bordo fue más que dinero: era un reflejo de un sistema donde la legalidad y la complicidad se entrelazan.

Las maletas estaban ordenadas, con documentos que incluían contratos de representación y facturas de servicios en zonas francas. Sin embargo, lo más perturbador era la pulcritud del dinero; en México, el efectivo impecable despierta sospechas sobre el poder que lo respalda. Entre los documentos, un “Sharing Agreement” permitía el uso de la aeronave a terceros, siempre que los vuelos fueran discretos. Este detalle, ambiguo y peligroso, sugiere un entramado de lavado de capitales.

La aeronave, un Golfstream G280, había estado vinculada a traslados ejecutivos, sin que nadie preguntara demasiado. Las conexiones apuntan a Saúl “Canelo” Álvarez, ídolo nacional, y a Nemesio “El Mencho” Cervantes, líder del cártel Jalisco Nueva Generación. La pregunta no es si hay culpables, sino cómo figuras públicas se ven envueltas en una red que opera bajo el manto de la legalidad.

Las autoridades aún no han ofrecido respuestas claras, y el silencio institucional es alarmante. La operación ha revelado un sistema donde el crimen se disfraza de éxito, utilizando contratos y patrocinios para ocultar su verdadero rostro. Mientras el jet permanece bajo custodia federal, la inquietud crece: ¿cuántos más vuelos como este están operando sin ser detectados? La verdad, una vez más, parece estar en piloto automático.