¡ALERTA EN MEDELLÍN! El alcalde Federico Gutiérrez ha lanzado una acusación explosiva en vivo contra el presidente Gustavo Petro, desatando una de las confrontaciones políticas más graves de los últimos tiempos. En un giro inesperado, Gutiérrez denuncia una encerrona orquestada por el gobierno nacional, señalando que funcionarios fueron citados a una reunión que podría culminar en violentas protestas.
La situación se intensificó tras las manifestaciones pro Palestina del 7 de octubre, que, aunque inicialmente pacíficas, se tornaron violentas. Gutiérrez, en un acto sin precedentes, ha prohibido a su equipo asistir a la reunión con el Ministerio del Interior, responsabilizando directamente a Petro de cualquier derramamiento de sangre que ocurra en las calles.
El alcalde ha calificado la reunión como una trampa política, argumentando que el gobierno está utilizando las protestas como un pretexto para inmiscuirse en la autonomía de Medellín. En sus declaraciones, Gutiérrez enfatiza que el Ejecutivo Nacional debe enfocarse en los problemas internos del país en lugar de fomentar el caos.
Las tensiones aumentan a medida que se acerca una nueva convocatoria de protestas para el 10 de octubre, y Gutiérrez advierte que el gobierno está manipulando la situación para desviar la atención de sus propios escándalos. En un mensaje contundente, responsabiliza a Petro y su gabinete de cualquier incidente violento que ocurra, afirmando: “Dejen de incitar al odio. Dejen tranquila a Medellín y a Colombia entera.”
Este conflicto no solo representa una crisis de gobernabilidad, sino que también pone en jaque la estabilidad política del país. La ciudad se encuentra en un clima de incertidumbre, a la espera de lo que pueda suceder en las próximas horas. La respuesta del gobierno central aún es un misterio, aumentando la tensión en un escenario que podría escalar a un enfrentamiento aún mayor. La situación es crítica y el futuro de Medellín y Colombia pende de un hilo.
