Durante décadas, el cantante español Julio Iglesias logró mantener en secreto una historia que podría haber destruido su impecable imagen pública. Sin embargo, un giro inesperado lo cambió todo. El 10 de julio de 2019, un tribunal de Valencia declaró oficialmente que Julio Iglesias es el padre biológico de Javier Sánchez Santos, un hombre de 42 años cuya existencia se había negado durante la mayor parte de su vida.
Según fuentes cercanas al caso, la madre de Javier, María Edite, una hermosa bailarina portuguesa, supuestamente mantuvo un apasionado romance secreto con Julio en la década de 1970, cuando él ya era una de las estrellas más codiciadas del mundo. Se dice que su relación fue tan intensa como fugaz, y que tras un encuentro en una lujosa villa de Marbella, ella se embarazó, iniciando así una batalla legal y emocional que duraría décadas.
Lo más impactante llegó con la prueba de ADN más controvertida de la historia del entretenimiento. En 2017, tras años de silencio y humillación, Javier decidió actuar por su cuenta. Con la ayuda de un investigador privado, siguió discretamente a Julio Iglesias Jr. en Miami. Una mañana soleada, mientras el joven surfista bebía agua y tiraba su botella a la arena, el detective la recogió sin que nadie se diera cuenta. Esa botella se convirtió en la clave que rompió el silencio: las pruebas confirmaron una coincidencia genética del 99,9%.
💥 El ADN no mentía: Javier y Julio Iglesias Jr. eran hermanos.
Tras la filtración de los resultados, el entorno de Julio Iglesias intentó detener lo inevitable. Hubo llamadas, amenazas veladas y presiones para ocultar las pruebas. Pero ya era demasiado tarde. El tribunal valenciano confirmó la paternidad y, así, el caso, la historia del artista más importante, se reescribió.
Fuentes cercanas aseguran que Julio Iglesias recibió la noticia en su mansión de Punta Cana, visiblemente afectado, mientras que el cantante no ha regresado y, viviendo entre otros secretos de su pasado, podrían salir a la luz.