¡ESCÁNDALO EN COLOMBIA! La denuncia explosiva de Álvaro Uribe Vélez contra el gobierno de Gustavo Petro ha sacudido el país en las últimas horas. En un evento realizado en Medellín, el expresidente acusó al actual mandatario de haber tejido una red de dependencia económica a través de 86,000 contratos y 20,000 nuevos funcionarios, todo con el objetivo de asegurar su reelección en 2026. Uribe, con su característico fervor, no se detuvo ahí: lanzó una de las acusaciones más graves al afirmar que el crecimiento económico que presume Petro está alimentado por el dinero del narcotráfico.
La frase “esclavos electorales” resuena en los rincones de Colombia, describiendo cómo el gobierno ha creado una base de apoyo dependiente de contratos públicos insostenibles. Según Uribe, esta estrategia no solo es electoralmente oportunista, sino que también pone en riesgo la estabilidad económica de miles de familias colombianas. Presentó cifras alarmantes: un aumento de 5.5 billones de pesos en gastos y una expansión de la burocracia estatal que podría llevar al país a una crisis fiscal.
El expresidente también cuestionó la veracidad de las cifras de desempleo presentadas por el gobierno, sugiriendo que la realidad es mucho más sombría, con un alto nivel de informalidad laboral. La comparación escalofriante del aumento en la producción de cocaína entre 2010 y 2024 refuerza su argumento de que el crecimiento económico es una ilusión sustentada en la ilegalidad.
Uribe instó a los empresarios presentes a desafiar la narrativa oficial y a ser agentes activos en la creación de conciencia sobre la verdadera situación económica del país. Este discurso no solo marca un punto de inflexión en la política colombiana, sino que también plantea serias preguntas sobre el futuro económico y social de Colombia. La batalla por la verdad y la transparencia apenas comienza.