En San Simo, Río de Janeiro, Brasil, un amable samaritano notó a una perrita en el suelo que necesitaba ayuda urgentemente.
Estaba vagando por las calles, indefensa, con la cara muy hinchada y un dolor insoportable. La persona que la descubrió la ató a la valla para evitar que escapara y trató de alimentarla, pero estaba demasiado enferma para comer.
Rangel Silva, un rescatista de perros local, se enteró de la perrita y prometió ayudarla. Llamaron a esta adorable cachorrita ‘Jade’ y la llevaron al veterinario.
Parece que la golpearon. Estaba hinchada, dolorida y sangrando, con anemia severa y deshidratación.
Los veterinarios comenzaron a darle antibióticos y a cuidarla las 24 horas del día, los siete días de la semana. Ahora puede comer sola, el edema ha remitido.
Está vivaz, alerta y brillante, y parece ser una perrita completamente diferente. Ellos se ocuparán de ella hasta que se recupere por completo y esté lista para volver a casa para siempre.
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