En el año 2000, el cineasta estadounidense Steven Brill lanzó “Little Nicky”, una comedia protagonizada por Adam Sandler que ha dejado una huella memorable en el público. La película narra la historia de Nicky, el hijo del Diablo, quien es enviado a la Tierra para recuperar a sus hermanos malvados que han escapado del infierno. A diferencia de la mayoría de los personajes que podrían sentirse abrumados por la experiencia, Nicky considera su travesía en la Tierra como un simple picnic en comparación con su hogar.
En una serie de situaciones cómicas y absurdas, Nicky, acompañado por su amigo Beefy, se enfrenta a los desafíos de la vida en Chicago. Desde aprender a disfrutar de cosas simples como el helado hasta hacer nuevos amigos, el protagonista comienza a descubrir emociones y experiencias que le resultan completamente nuevas. Sin embargo, sus malvados hermanos tienen otros planes, ya que no desean que Nicky encuentre la felicidad en su nuevo entorno.
La película, que combina elementos de fantasía y comedia, se destaca por su humor característico y su enfoque en las relaciones familiares. A medida que Nicky navega por su nueva vida, también se enfrenta a la presión de sus hermanos, quienes intentan arrastrarlo de vuelta al infierno. La travesía de Nicky se convierte en una lucha no solo por su libertad, sino también por la búsqueda de su propia identidad y poder.
Producida por Happy Madison, la compañía de Sandler, “Little Nicky” ofrece una mezcla de risas y lecciones sobre la importancia de la amistad y la autodescubrimiento. Aunque la película recibió críticas mixtas en su lanzamiento, ha logrado consolidarse como un clásico de culto entre los fans de Sandler y las comedias de principios de los 2000. Con su humor inconfundible y un elenco memorable, “Little Nicky” sigue siendo un referente en el cine de comedia.