**Título: Llamado a la justicia tras la tragedia en la discoteca Jet Set**
En un ambiente de profundo duelo y clamor por justicia, la hija del fallecido artista Rubby Pérez, Sulinga Pérez, se presentó frente a la discoteca Jet Set, donde la tragedia del colapso del techo dejó a 225 personas sin vida. El suceso, ocurrido durante un concierto, ha desatado una ola de indignación en la República Dominicana, donde muchos exigen la detención del dueño del establecimiento, Antonio Espaillat, a quien responsabilizan de la negligencia que condujo a esta catástrofe.
Los rostros compungidos de familiares y amigos se mezclan con flores y velones que adornan el lugar, un recordatorio palpable de la tragedia que ha marcado al país. Sulinga, acompañada por un grupo de dolientes, declaró a los medios que su lucha no es por dinero, sino por justicia. “No podemos permitir que este crimen quede impune”, afirmó, mientras las lágrimas brotaban de sus ojos.
La discoteca Jet Set, que durante más de cinco décadas había sido un ícono del entretenimiento, se ha convertido en un símbolo de descuido y falta de responsabilidad. Testigos relatan que el colapso fue repentino, dejando a muchos atrapados bajo escombros y objetos pesados que cayeron de un techo que, según se ha denunciado, no cumplía con los estándares de seguridad.
Mientras la población se une en un clamor colectivo, el gobierno de Luis Abinader enfrenta la presión de actuar. “Esto no puede quedar así”, gritan los presentes, conscientes de que en este incidente no solo se perdió a un famoso artista, sino a cientos de vidas que buscaban disfrutar de una noche de música y alegría.
Las investigaciones han comenzado, pero el tiempo apremia. Los sobrevivientes, muchos de ellos con heridas críticas, son un constante recordatorio de la tragedia que no debió ocurrir. El pueblo dominicano exige justicia, no venganza, pero la urgencia de la situación es palpable. Este clamor por accountability resonará en las calles hasta que se haga justicia.