Lewis Hamilton, el icónico piloto británico, vivió un momento desgarrador y emotivo al conducir el coche de campeonato de Ayrton Senna en Interlagos, Brasil. Con lágrimas en los ojos, Hamilton recordó su infancia y la influencia de Senna en su carrera, expresando su profunda gratitud hacia el público brasileño que lo ovacionó bajo la lluvia.
“Fue el mayor honor de mi carrera”, afirmó Hamilton, visiblemente conmovido. La oportunidad de manejar el auto de Senna en su pista natal fue un sueño cumplido para el siete veces campeón del mundo, quien llegó desde la madrugada para rendir homenaje a su ídolo. La multitud, que soportó las inclemencias del tiempo, resonó con aplausos y vítores mientras Hamilton compartía su amor por Brasil y su gente.
El piloto británico se mostró sorprendido por el cariño recibido, agradeciendo a todos los que hicieron posible este momento. “Espero que Senna esté orgulloso”, añadió. La conexión emocional con los fanáticos fue palpable, y su mensaje trascendió fronteras, llegando a aficionados de todo el mundo que sintieron su pasión y respeto.
Hamilton, que no pudo resistir la tentación de dar algunas vueltas extra en la pista, enfatizó la singularidad de esta experiencia. “Esto probablemente nunca volverá a suceder”, recalcó, dejando claro que cada segundo al volante del emblemático coche fue un regalo invaluable. En una jornada marcada por la nostalgia y el fervor, Hamilton no solo condujo un auto, sino que abrazó una parte de la historia del automovilismo, uniendo generaciones en un tributo conmovedor a uno de los más grandes: Ayrton Senna.