La muerte de Rubby Pérez ha desatado una tormenta mediática que amenaza con fracturar los lazos familiares y exponer oscuros secretos. Sulinka Pérez, su hija mayor, ha encendido la chispa de un conflicto que va más allá de la herencia material. “Mi padre no fue perfecto, pero su historia no puede ser contada solo por quienes aparecen cuando ya no está”, afirmó con determinación en una reciente entrevista que ha recorrido las redes sociales.
Mientras la familia llora su pérdida, la verdad está saliendo a la luz. Sulinka ha revelado que Rubby tuvo siete hijos, cuatro de ellos reconocidos oficialmente, y tres más fruto de relaciones extramatrimoniales, lo que ha desatado una batalla por la herencia y el reconocimiento. La madre de uno de estos hijos, Ana Beatriz, ha sido presentada como una figura clave en esta trama, actuando como una “viuda oficial” durante el velorio, lo que ha generado indignación entre los verdaderos allegados del artista.
El caos se intensificó cuando surgieron rumores sobre un testamento no oficial que podría favorecer a Ana Beatriz, lo que ha llevado a antiguos colaboradores y nuevos reclamantes a entrar en la contienda. Sulinka, firme en su postura, ha declarado que no tiene miedo de luchar por la verdad: “No vamos a dejar que borren nuestra historia”.
La tragedia ha tomado un giro aún más oscuro tras el colapso del Jetset, donde Rubby perdió la vida. La investigación revela negligencias graves, con informes técnicos que advierten sobre fallas estructurales que fueron ignoradas. Sulinka ha prometido justicia: “Esto no se trata solo de mi padre, esto es para evitar que otros artistas arriesguen su vida”.
Con el país dividido entre quienes apoyan a Sulinka y quienes critican su actitud, la historia de Rubby Pérez ha trascendido la esfera familiar y se ha convertido en un debate nacional sobre la verdad, la fama y la justicia. ¿Qué pasará con el legado musical de Rubby? La lucha apenas comienza, y el eco de su voz sigue resonando en un conflicto que revela más de lo que jamás se imaginó.