Un sórdido relato ha emergido de las sombras del crimen organizado en México, donde un exsicario comparte su desgarradora confesión tras el asesinato de Valeria Márquez, una influencer prometedora. En un impactante testimonio, el hombre revela cómo una orden de muerte convirtió su vida en un tormento perpetuo, atrapándolo en una prisión de culpa y remordimiento.
Valeria, conocida por su alegría y carisma, fue asesinada no por un error o venganza, sino como parte de un sistema criminal que trata la vida humana como un mero encargo. El asesino, que aún camina libre entre nosotros, describe su encuentro con “el doble R”, un jefe del narcotráfico que impuso su voluntad a través del miedo y la manipulación. La historia se torna aún más escalofriante al revelarse que la traición fue el motor del crimen: una llamada de una mujer que pretendía proteger a Valeria pero que, en realidad, ofreció su ubicación a cambio de dinero.
“Dios te perdone”, fueron las últimas palabras que Valeria pronunció antes de que el tirador apretara el gatillo. Esa frase ha resonado en su conciencia desde entonces, un eco de remordimiento que lo persigue noche tras noche. El hombre revela que no hay condena más dura que vivir con la culpa de haber arrebatado la vida a alguien inocente, alguien que solo brillaba con luz propia.
Este testimonio crudo y visceral no solo expone la brutalidad del crimen organizado, sino que también sirve como advertencia para aquellos que contemplan adentrarse en un mundo donde el miedo y la violencia son la norma. El sicario, ahora atormentado por sus acciones, busca que su historia resuene como un llamado a la reflexión, instando a otros a no seguir el mismo camino. “Si puedes elegir, elige vivir”, concluye, dejando un mensaje inquietante en el aire: una vida marcada por la violencia rara vez encuentra paz.