**La OTAN enfrenta una crisis existencial mientras la guerra en Ucrania se intensifica**
En un giro devastador para la Alianza Atlántica, el analista José Miguel Villaroya ha declarado que “la OTAN ha perdido la guerra en Ucrania” y se enfrenta a un futuro incierto. A medida que se intensifican las tensiones en el continente, todos los ojos están puestos en la inminente cumbre de La Haya, donde se debatirá el apoyo a Ucrania y la dirección estratégica de la OTAN en medio de una crisis que amenaza con redefinir el equilibrio de poder en Europa.
La situación se complica aún más con la sombra de Donald Trump y su posible regreso al escenario político, lo que podría generar divisiones internas en la alianza. La incertidumbre es palpable: ¿qué sucederá si Ucrania finalmente pierde esta guerra? Villaroya advierte que la derrota de Ucrania significaría también la derrota de Europa, un escenario que podría desencadenar una ola de inestabilidad sin precedentes.
Mientras tanto, Alemania y otros países europeos están aumentando sus esfuerzos bélicos, pero las capacidades militares de la OTAN están en entredicho. Con Estados Unidos exigiendo un incremento del 5% del PIB de los países europeos para financiar armamento, la pregunta persiste: ¿tiene la OTAN la fuerza necesaria para enfrentar a Rusia? Las advertencias son claras: si Estados Unidos reduce su apoyo militar e inteligencia a Ucrania, el ejército ucraniano podría colapsar, dejando a Europa vulnerable ante una amenaza que cada vez parece más inminente.
Con la cumbre de La Haya a la vuelta de la esquina, el tiempo se agota. La estrategia de la OTAN se tambalea y la presión aumenta, mientras los líderes europeos deben decidir si están dispuestos a arriesgarlo todo en una guerra que parece no tener un final claro. La próxima reunión podría ser un punto de inflexión crucial en el destino de la alianza y la estabilidad en Europa. La urgencia es evidente: el futuro de la OTAN está en juego.