**Título: Trump y Putin: ¿Un juego de ajedrez geopolítico?**
La tensión entre Estados Unidos y Rusia alcanza un nuevo clímax tras las recientes declaraciones de Donald Trump, quien ha calificado a Vladimir Putin de “loco” y ha insinuado que las negociaciones pueden estar al borde del colapso. Este drama internacional se intensifica a medida que se acerca la fecha límite del 2 de junio, en la que se espera una nueva ronda de conversaciones en Estambul. Sin embargo, la pregunta que todos se hacen es: ¿realmente le importa a Trump la situación en Ucrania o es solo una maniobra política?
Fernando Moragón, experto en relaciones internacionales, sostiene que los giros retóricos de Trump son parte de una estrategia más amplia. “Trump busca posicionarse en un ambiente interno en Estados Unidos donde la oposición al Kremlin es feroz”, afirma. Su enfoque parece ser más un juego de poder que un verdadero compromiso por encontrar una solución pacífica. En un momento critica a Zelenski, el presidente ucraniano, y al siguiente lanza un ultimátum a Putin, dejando claro que su prioridad es salvar su propia imagen política.
Esta estrategia de “postureo” podría tener consecuencias serias. La falta de seriedad en las negociaciones y el juego de poder entre los líderes puede prolongar el conflicto, que ya se ha convertido en un desastre humanitario. Moragón advierte que, mientras tanto, los actores involucrados no están realmente interesados en un acuerdo de paz duradero. “Nadie quiere ceder”, concluye, apuntando a la persistente inestabilidad que rodea a este conflicto.
Con la llegada de la ofensiva rusa de verano y la caducidad de las ayudas militares de Biden, el tiempo apremia. El 2 de junio podría ser un punto de inflexión, pero el desenlace de este drama sigue siendo incierto. Lo que está claro es que, mientras Trump y Putin continúan su juego de ajedrez, el pueblo ucraniano sigue sufriendo las consecuencias.