**China le está haciendo el juego a Trump y a Musk vendiendo coches buenos, bonitos y baratos, advierte Alexis Ortega**
En un giro alarmante en la guerra comercial, el profesor Alexis Ortega, experto en economía global, ha lanzado una advertencia contundente: “China le está haciendo el juego a Trump y a Musk”. Durante una reciente entrevista, Ortega expuso la creciente amenaza que representan los coches eléctricos chinos para la industria automotriz europea y estadounidense. A medida que las negociaciones arancelarias entre la Unión Europea y Estados Unidos se estancan, el sector automotriz se encuentra en una encrucijada crítica.
“Los coches eléctricos producidos en China son buenos, bonitos y baratos, y están desplazando a sus competidores en Europa y Estados Unidos”, afirmó Ortega. La falta de adaptación de la industria automotriz europea a las necesidades del mercado ha sido evidente, lo que ha permitido que las marcas chinas ganen terreno a pasos agigantados. La situación se agrava por la inminente posibilidad de que las tensiones arancelarias se intensifiquen, lo que podría desatar una crisis aún mayor en un sector que ya está lidiando con una disminución de ventas y adaptaciones lentas.
Ortega subrayó que el verdadero desafío radica en la subvaloración del euro, que ha facilitado la exportación de productos chinos a precios competitivos. “Si Estados Unidos desea revertir esta tendencia, deberá considerar una devaluación del dólar”, advirtió. El tiempo corre para la industria automotriz, que enfrenta una transformación necesaria en un contexto de creciente presión.
La inestabilidad de las negociaciones arancelarias, combinada con la feroz competencia de China, podría redefinir el futuro del sector automotriz. Los responsables políticos deben actuar rápidamente para evitar que la industria se hunda en una crisis sin precedentes. La pregunta que queda en el aire es: ¿podrá Europa adaptarse a esta nueva realidad o quedará atrapada en una guerra arancelaria que podría resultar devastadora? La respuesta no solo afectará a los fabricantes, sino también a millones de consumidores.