Sabrina Rojas, la conocida figura de la televisión argentina, ha sido arrastrada a una tormenta mediática tras su separación de Lechuga Linares, quien ha sido vinculado con Flor Parise, la novia del exmarido de Karina Jelinek. En medio de rumores y especulaciones, la ruptura de Sabrina parece ser un eco de tensiones no resueltas y relaciones cruzadas que han dejado a más de uno atónito.
La separación, que muchos no vieron venir, se produjo justo después de un viaje a Cartagena, donde la pareja había intentado fortalecer su vínculo. Sin embargo, la realidad muestra que tras esa escapada, Sabrina regresó a Buenos Aires con el corazón roto y una presión baja, que la llevó a abandonar brevemente un programa en vivo. “Me bajó la presión”, se escuchó decir a Sabrina, una frase que resonó entre los espectadores y que podría interpretarse como el reflejo de su angustia emocional.
Los rumores apuntan a que la relación entre Lechuga y Flor Parise podría haber influido en la decisión de Sabrina de terminar con Linares, aunque ella misma ha desmentido cualquier implicación de infidelidad. “No se habla mal, somos adultos”, afirmó, dejando entrever que en este mundo del espectáculo, las líneas entre la amistad y el amor son peligrosamente difusas.
En un giro irónico, Flor Parise compartió una imagen de su familia con Lechuga, lo que fue interpretado como una provocación hacia Sabrina. La complejidad de estas relaciones y el juego de sombras que las rodean han mantenido a la audiencia al borde, especulando sobre lo que realmente sucedió detrás de las cámaras.
Mientras Sabrina intenta recomponer su vida, el público observa con curiosidad y empatía. “Estoy abierta al amor nuevamente”, dijo, reflejando una resiliencia que muchos admirarán. En un mundo donde cada paso se convierte en noticia, Sabrina Rojas sigue siendo una figura que, a pesar de las adversidades, no pierde su brillo.