**Título: “El Sapo: El Exmilitar que Vendió a México por 744 Millones”**
El 19 de mayo de 2025, la operación “Código Marea” desmanteló una de las redes más sofisticadas del narcotráfico en México, capturando a Gonzalo Mendoza Reyes, alias “El Sapo”, un excomandante de la Marina convertido en arquitecto del crimen organizado. En un despliegue de inteligencia táctica sin precedentes, las fuerzas federales lograron interceptar a Mendoza en su yate de lujo “Reina del Mar”, donde coordinaba una estructura que movía 744 millones de dólares anuales en drogas, armas y corrupción.
En la oscuridad de la madrugada, los Black Hawk de la Marina sobrevolaron la costa de Guerrero, mientras un equipo encubierto se infiltraba en el área. Mendoza, que había desafiado al sistema que lo formó, fue rodeado sin un solo disparo. Aunque fue arrestado, su frase resonó como un eco de desafío: “Solo atraparon mi cuerpo, no mi sistema”. Este comentario revela la profundidad del problema: el narcotráfico no solo se alimenta de drogas, sino de un entramado de complicidades en el aparato estatal.
Durante años, “El Sapo” manipuló el crimen organizado desde dentro, utilizando su formación militar para establecer rutas de contrabando en el Pacífico. Su arresto marca no solo la caída de un criminal, sino el reconocimiento de un sistema que ha permitido que exmilitares operen en la clandestinidad. La presidenta Claudia Sheinbaum, durante la conferencia de prensa, destacó que “hoy no solo capturamos a un criminal, desmantelamos un modelo de impunidad”.
El desafío ahora es monumental: para que esta victoria tenga significado, México debe abordar los vacíos legales y la corrupción arraigada en sus instituciones. La historia de “El Sapo” es un recordatorio de que la batalla contra el narcotráfico no solo se libra en las calles, sino en las estructuras mismas del poder, y que la inteligencia y la ley deben prevalecer sobre el miedo. La lucha continúa, y la próxima batalla podría estar más cerca de lo que imaginamos.