Camilla está furiosa después de que una prueba de ADN ha revelado que el rey Carlos III tiene un hijo secreto. La revelación, que amenaza con desestabilizar la monarquía británica, llegó a Buckingham Palace como un jarro de agua fría. Un sobre sin sello, entregado a escondidas en Clarence House, contenía una carta escrita a mano y una prueba de ADN que muestra una coincidencia del 99.9% entre el rey y un hombre ahora adulto, conocido como Sebastián David Kill. Este individuo, nacido en Ginebra, es el presunto hijo de Carlos y Lady Sarah Kill, un romance oculto que se remonta a décadas atrás.
El palacio ha entrado en modo de crisis. Equipos legales fueron activados y se ordenó a las oficinas de prensa que ignoraran las preguntas. Sin embargo, la noticia se ha propagado rápidamente, desatando un torbellino mediático. La presión sobre Camilla, quien ha luchado por su legitimidad como reina, se intensifica mientras el escándalo amenaza su reinado.
Los gritos de Camilla resonaron por los pasillos del palacio, mientras arrojaba objetos contra las paredes, en un ataque de furia que dejó a empleados atónitos. A medida que se acumulan las evidencias, la tensión entre ella y Carlos se vuelve palpable. Fuentes indican que el rey, en lugar de defenderse, ha permanecido en silencio, lo que solo alimenta las especulaciones sobre su culpabilidad.
Sebastián, que ha vivido en la sombra, ahora busca reconocimiento. Sin ambiciones de poder ni riqueza, solo desea que la verdad sobre su origen sea admitida públicamente. La situación se ha vuelto insostenible y el futuro de la monarquía británica pende de un hilo. Mientras el escándalo se despliega, el mundo observa con atención, esperando la respuesta del palacio. La monarquía británica nunca había enfrentado una crisis de tal magnitud, y el tiempo se agota.