Irán ha desatado la tensión en Oriente Medio al lanzar un ataque con misiles contra un centro del Mossad en Tel Aviv, marcando un escalofriante aumento en el conflicto con Israel. Este ataque se produce en medio de una escalada de hostilidades que ya ha dejado más de 400 misiles disparados hacia territorio israelí desde el viernes pasado. La situación es crítica: se reportan potentes explosiones en Teherán, y cerca del 40% de los residentes han evacuado la capital, buscando refugio en otras ciudades iraníes.
Donald Trump, desde Washington, ha lanzado un ultimátum a Irán, advirtiendo que cualquier ataque a intereses estadounidenses será respondido con “toda nuestra fuerza, sin contemplaciones”. En un giro inesperado, el presidente estadounidense ha convocado una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad Nacional, intensificando la presión sobre Teherán. Mientras tanto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no descarta la opción de eliminar al líder supremo iraní, Ali Jamenei, en un intento de poner fin al conflicto.
China, alarmada por la creciente violencia, ha comenzado la evacuación de su personal diplomático en Irán y ha instado a sus ciudadanos a abandonar el país de inmediato. La situación es volátil; las fuerzas armadas iraníes han prometido intensificar sus ataques, mientras que Israel se prepara para responder a cada provocación.
El mundo observa con creciente preocupación mientras la crisis se intensifica. Las próximas horas son cruciales, y el riesgo de una confrontación a gran escala se cierne sobre la región. La comunidad internacional está en alerta máxima, esperando que se evite un conflicto que podría desatar consecuencias devastadoras.