**Título: El Escándalo Político que Sacude a Colombia: Laura Sarabia Aplasta a Francia Márquez en Vivo**

En un giro impactante que ha dejado a Colombia boquiabierta, Laura Sarabia, la mano derecha del presidente Gustavo Petro, humilló públicamente a la vicepresidenta Francia Márquez durante una entrevista en vivo, revelando la profunda crisis de liderazgo en el gobierno. Este episodio, que parece sacado de una telenovela, ha puesto en entredicho la capacidad de Márquez para manejar su ministerio de la Igualdad, mientras Petro observa desde la sombra, incapaz de intervenir.

Lo que comenzó como un intento de Márquez de defender su gestión, marcada por la falta de resultados tangibles, se convirtió rápidamente en un desastre mediático. En lugar de ofrecer argumentos sólidos, la vicepresidenta se vio acorralada, repitiendo frases vacías y evitando preguntas cruciales. Sarabia, con su estilo directo y sin filtros, no tardó en dejar claro que la situación era insostenible, exponiendo la debilidad de Márquez ante las cámaras.

La tensión en el ambiente era palpable, y la reacción de Petro, que permaneció en silencio, habla volúmenes sobre su incapacidad para ejercer autoridad en su propio gobierno. La imagen de un presidente desbordado por sus propios ministros se ha vuelto cada vez más evidente, dejando a los colombianos preguntándose si esta administración puede recuperarse de tal humillación.

Mientras el país enfrenta problemas urgentes, como la promesa incumplida de agua potable en el Pacífico, la falta de dirección clara en el gobierno se convierte en un tema candente. La lucha interna entre figuras clave revela un desgobierno que afecta a los ciudadanos, quienes continúan esperando soluciones que parecen lejanas.

Este escándalo no solo pone en jaque la imagen de Márquez como defensora de la igualdad, sino que también plantea serias preguntas sobre el futuro del gobierno de Petro. Con un panorama tan desolador, los colombianos están cada vez más preocupados por el rumbo que tomará su país en los próximos meses. La crisis de liderazgo es innegable, y lo que suceda a continuación podría definir el destino político de Colombia.