¡ESCÁNDALO EN MEDIO DE LA POLÍTICA COLOMBIANA! El presidente Gustavo Petro ha causado un alboroto monumental tras confundir el emblemático edificio Coltejer de Medellín con el de Avianca en Bogotá durante un evento en la Plaza de Alpujarra. La desconexión del mandatario con la realidad se hizo evidente cuando, en un discurso que debería haber sido un llamado a la unidad, lanzó una amenaza velada: “o el país se alinea con nuestras políticas o enfrentará las consecuencias”.
Pero eso no es todo. En un giro aún más alarmante, se ha revelado que Petro utilizó recursos públicos para inflar su evento, movilizando a delincuentes de bandas criminales para simular apoyo popular. Según denuncias, millones de pesos han sido gastados en buses y refrigerios para atraer a asistentes, dejando a muchos ciudadanos confundidos y obligados a participar. “Me dijeron que debía venir de blanco, pero no entiendo por qué”, confesó una asistente.
Los audios filtrados de grupos de WhatsApp muestran la logística detrás de esta manipulación, donde se prometen transportes y comidas a los habitantes de comunas vulnerables. La presencia de capos de la cárcel de Itagüí en el evento, trasladados en vehículos oficiales, añade un tinte oscuro a la situación. Entre ellos, figuras con extensos historiales delictivos, lo que ha levantado alarmas sobre la creciente alianza entre el gobierno y el crimen organizado.
Mientras la polarización en Colombia se intensifica, la senadora Isabel Zuleta y otros líderes del Pacto Histórico parecen reforzar estos lazos peligrosos. La sombra del autoritarismo se cierne sobre el país, y la pregunta es: ¿está Colombia a punto de caer en una dictadura disfrazada de socialismo? La situación es crítica y el tiempo para actuar es ahora. ¡No te quedes callado, alza tu voz!